jueves, 23 de abril de 2009

Duerme y no despiertes (Poema VI)

Duerme y no despiertes

Primera voz

Duerme, duerme y no despiertes.

Entre las sábanas descansas,
tal y como descansan
las rosas en los valles;

luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duermen
los días en las tardes;

y dudo: creo que al fin sueñas,
tal y como al fin sueñan
las noches en las calles;

mas despiertas y me sonríes,
tal y como sonríen
los versos a las frases;

y te acercas para besarme,
tal y como se besan
nuestros labios de jade.

Duerme y duerme y no despiertes.

Segunda voz

Duerme, duerme, y no despiertes.

Entre las sábanas descansas,
tal y como descansa
el césped en los parques;

luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duerme
rodeado por ángeles;

y dudo: creo que al fin sueñas,
tal y como al fin sueñan
la creación y el arte;

mas despiertas y me sonríes,
tal y como sonríe
la confianza sin males;

y me acerco para besarte,
tal y como se besan
un hijo y su padre.

Duerme y duerme, y no despiertes.

Tercera voz

Duerme, duerme, y no despiertes.

Entre las sábanas descansas,
tal y como descansa
la ceniza en los valles;

luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duerme
el punto en cualquier frase;

y dudo: creo que aún no sueñas,
tal y como al fin sueñan
las luces con las tardes;

mas ni despiertas ni sonríes,
tal y como sonríe
la confianza sin males;

y me acerco para llorarte,
tal y como se llora
con lágrimas de sangre.



Gracias a los lectores que supieron apreciar este repentino poema de una noche invernal.