Duerme y no despiertes
Primera voz
Duerme, duerme y no despiertes.
Entre las sábanas descansas,
tal y como descansan
las rosas en los valles;
luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duermen
los días en las tardes;
y dudo: creo que al fin sueñas,
tal y como al fin sueñan
las noches en las calles;
mas despiertas y me sonríes,
tal y como sonríen
los versos a las frases;
y te acercas para besarme,
tal y como se besan
nuestros labios de jade.
Duerme y duerme y no despiertes.
Segunda voz
Duerme, duerme, y no despiertes.
Entre las sábanas descansas,
tal y como descansa
el césped en los parques;
luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duerme
rodeado por ángeles;
y dudo: creo que al fin sueñas,
tal y como al fin sueñan
la creación y el arte;
mas despiertas y me sonríes,
tal y como sonríe
la confianza sin males;
y me acerco para besarte,
tal y como se besan
un hijo y su padre.
Duerme y duerme, y no despiertes.
Tercera voz
Duerme, duerme, y no despiertes.
Entre las sábanas descansas,
tal y como descansa
la ceniza en los valles;
luego entre mis brazos te duermes,
tal y como se duerme
el punto en cualquier frase;
y dudo: creo que aún no sueñas,
tal y como al fin sueñan
las luces con las tardes;
mas ni despiertas ni sonríes,
tal y como sonríe
la confianza sin males;
y me acerco para llorarte,
tal y como se llora
con lágrimas de sangre.
Gracias a los lectores que supieron apreciar este repentino poema de una noche invernal.
jueves, 23 de abril de 2009
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